Cuando pienso en las personas que en el pasado me han dicho que me querían
y miro a las que me lo dicen ahora. Me dan ganas de matarlos a todos.
El cariño entre adultos es una mierda. Está tan condicionado… Sujeto a tantas
cosas y todas ellas tan frágiles.
Un “te amo con locura” hoy por hoy puede significar que después de un
concierto imperdible, o de un clásico de fútbol, o de un porro con amigos, enseguida vengas tú como opción, como buen plan
o compañía ideal (y siempre y cuando lleve posibilidad de folleteo).
Y esto se puede trasladar a todos los otros ámbitos donde tus seres queridos te
tienen por “importante”. Que no se cruce en el camino de tus hermanos un fin de
semana con piscina, o una fiesta en el club de moda, o una nueva conquista
amorosa, porque quedas suspendida en el aire, aunque se te estén cayendo las
paredes encima.
No quiero hablar sólo como víctima de la desatención, porque seguramente yo
hago lo mismo. Y Dios sabe lo suripanta que he sido con algunas personas… con esas
que me han querido tanto.