Foto: Valentina Torres Zorrilla |
El origen del amor y las palabras
Muchas personas buscan durante años un ideal difuso de media naranja. Otras en cambio saben desde siempre cómo debe ser ese otro. También he conocido gente con ideas fijas o requerimientos insalvables para que se produzca el amor. Y hay quien lo ve como algo tan difícil y complejo que directamente lo descarta. Finalmente la vida se impone de manera misteriosa y lo que nos doblega el corazón no es nada de lo que habíamos pensado.
Hablando con unas buenas amigas, de esas que te cuentan su verdad desde el primer “salud”, nos dimos cuenta que el argumento que te lleva a dar el sí quiero, el gran paso de intentar compartir tu vida con otro, es de dudosa procedencia.
A veces las razones por las que hacemos las cosas son tan ligeras como un latido, y así de fundamentales.
Un día alguien me dijo “siempre te voy a querer”, puede que la circunstancia haya sido demasiado sensible, pero me conmoví sólo con la cadencia del sonido; sin cuestionar la veracidad o la probabilidad de fallo, me llené de certeza en un instante.