Chica de Artó

Chica de Artó
Artó

domingo, 21 de junio de 2015

Cuento corto # 1


Tanto aprender sobre libertad para encontrarme contigo en el choque de dos vasos medio vacíos.
Nos juntó el mal de ojo y nos separó la modernidad, tu sueño y mi quererte tanto.
Nos entendimos tan bien esos primeros diez minutos que no se podía pensar en nada que no fuera la pasión turca.
Viniste en medio de la catástrofe y desapareciste mezclado con rabia y corazones de neón con un trozo menos. Rotos por un piedrazo.
Me perdí en tu silencios... fue culpa de esos cuatro dibujos mal intencionados y la canción que dejamos sin terminar.  De las frases a destiempo.
No entendí nunca nada.
No creí nunca nada y sé que no me creíste nada de nada.
Tan cordiales con nuestra ira, tan bien educados, tan cínicos queriendo ser puros para ver si flotamos.
Al final la vieja mala tenía razón y yo estaba cometiendo un delito. Que no era robo, era falta de olvido.

jueves, 11 de junio de 2015

Un nuevo tipo de "hombre"


Por esas cosas de la vida y que no viene a cuento explicar, últimamente me ha tocado salir bastante por la noche. Volver a salir en plan social, digamos.
Debo confesar que había pasado un tiempo desde mi abandono de las pistas nocturnas.

Para mi sorpresa hay algunas cosas que han cambiado un poco, sobre todo lo que tiene que ver con los móviles, las aplicaciones para ligar y etc. Pero lo que no ha cambiado nada es el interés de toda la vida, ese que se persigue desde el origen de los tiempos: la conquista. 

Todos y todas nos parapetamos con lo que haga falta para ver si ganamos algo en el juego de la seducción nocturna. Miradas llenas de rímel y chicos con las frases ingeniosas bien aprendidas se lanzan a la nuit con el afán de recoger, por lo menos, unos cuantos piropos y alguna proposición.

Es muy divertido observar a un sin fin de estereotipos intentando encontrar su par. El musculoso busca a la flaca tetona, el de cara difícil a la chica divertida, el gordito que se apunta a lo que venga, el pijo que busca pija, la mujer madura que se cuida y no renuncia a dar con uno al que aún le quede pelo… Ahí están todos, estamos todos. Los de siempre, los mismos. 

Pero quiero hablarles de un tipo de hombre con el que yo, hasta ahora, no me había encontrado a pesar de contar ya con denominación de origen y que me ha dejado perpleja. Los teen-adults.