Tanto aprender sobre libertad para encontrarme contigo en el
choque de dos vasos medio vacíos.
Nos juntó el mal de ojo y nos separó la modernidad, tu sueño
y mi quererte tanto.
Nos entendimos tan bien esos primeros diez minutos que no se
podía pensar en nada que no fuera la pasión turca.
Viniste en medio de la catástrofe y desapareciste mezclado con
rabia y corazones de neón con un trozo menos. Rotos por un piedrazo.
Me perdí en tu silencios... fue culpa de esos cuatro dibujos mal
intencionados y la canción que dejamos sin terminar. De las frases a destiempo.
No entendí nunca nada.
No creí nunca nada y sé que no me creíste nada de nada.
Tan cordiales con nuestra ira, tan bien educados, tan
cínicos queriendo ser puros para ver si flotamos.
Al final la vieja mala tenía razón y yo estaba cometiendo un
delito. Que no era robo, era falta de olvido.