Chica de Artó

Chica de Artó
Artó

jueves, 29 de mayo de 2014

Fantasmas y aparciones



Yo en apariciones de muertos que tocan el piano o mueven las cortinas durante la noche no creo, pero en ciertos fantasmas sí.
Hace años que no vivo en la ciudad en la que nací y crecí, pero voy cada vez que puedo a ver a mi familia. Mi madre vive en la misma casa, así que cuando llego al barrio los vecinos me saludan con cariño y a pesar de que todo ha cambiado una barbaridad muchos son los que siguen por ahí, muchos.
Mi hermano tenía que traer un pastel para celebrar la dicha de estar todos reunidos por fin en la misma mesa, pero no lo trajo, así que tuve que partir rápidamente a comprar al supermercado para evitar disgustos y  no empezar tan temprano con la rueda de reproches.
Estaba ahí, eligiendo entre chocolate y fresa o crema y piña cuando empecé a notar una presencia extraña. Algo se movía como un espectro entremedio de las lechugas, se asomaba y se ocultaba con unos movimientos rarísimos, muy llamativos. Me decidí por la de piña, que no le gusta a nadie más que a mi madre, pero cuando ella está contenta todo es mucho más fácil, así que piña para todos.
La fila para pagar era demasiado larga y todos me esperaban para celebrar mi llegada, encima como en los supermercados de barrio no gastan en aire acondicionado el agobio era total.

jueves, 22 de mayo de 2014

Divino tesoro



Vengo del concierto que Andrés Calamaro acaba de dar en Barcelona. Fue en una sala no muy grande, donde el público se ubica como le da  la gana.
La última vez que le vi tocar fue en este mismo lugar, el Razzmatazz, en el 2008… Ha pasado un poquito de tiempo, pero según yo, no tanto.
Ese día me puse a pie de escenario y cuando salió Calamaro me quedé impresionada por su aspecto juvenil, estaba delgado, con jeans ajustados y una camiseta que le quedaba de maravilla, tenía una especie de nuevo look capilar y cantó, tocó, bailó y habló exactamente como uno espera ver a su rockstar
El concierto fue lo más parecido a un incendio en lo que he estado. Salí de allí abrasada por el factor humano, sudando música y con sus letras sonando atómicas en mi cabeza.
Ayer, por alguna razón, me puse en la parte de arriba y cuando salió al escenario me pareció bajito, que la camiseta no era de su talla y que los zapatos que llevaba tendían un poco a lo gracioso. Pero se puso a cantar y yo me puse a viajar… en el tiempo, hacia atrás. Me dejé mecer por sus ritmos, su voz rota, sus “te quiero igual”; “mientras por afuera pasan los aviones”; “se acabó todo lo que había, nos queda un cigarro mojado”, dijo.

jueves, 15 de mayo de 2014

Triángulos y espirales



La mayoría de las personas admite conocer a alguien que ha sido infiel o que lo está siendo en este momento. Todos decimos tener “aquella amiga” que practica el peligroso juego de la seducción fuera de la pareja. Nunca o casi nunca uno reconoce ser el protagonista de una historia de infidelidad, excepto si somos víctimas, desde ahí sí que podemos hablar fuerte y claro sobre el tema, pero jamás como verdugos.

Es un asunto muy complicado porque es doloroso para la mayoría de las personas, excepto para algunos parisinos y los Clinton…

No sé si la infidelidad es la mayor prueba del cinismo en que nos movemos, pero es una muy buena. Desde casi todo punto de vista sirve para ilustrar la hipocresía; ya sea cometiéndola, negándola u horrorizándose ente ella.

Es sabido, por ejemplo, que en decenas de miles de oficinas, hay líos entre compañeros de trabajo. Desde un respetable ministerio público hasta una elegante boutique de diseño, en todas partes de cuecen habas. Sin embargo cuando alguien cae, porque lo pillan, es un escándalo.

jueves, 8 de mayo de 2014

Dragonas de exportación



Las mujeres chinas están de moda. O al menos eso parece. Con la modelo Liu Wen como ícono, se ve que hay una generación entera de chinas que ha alcanzado posiciones en lo más alto. Encabezan las listas de mujeres millonarias, son legión en cargos directivos a pesar de la cultura - vamos a decir “patriarcal”-  que impera en el país del dragón, son mayoría en las universidades, encabezan logros deportivos, son las que más viajan, las que más gastan, además han llevado adelante una verdadera revolución sexual logrando perder la virginidad antes de los 24, y todo esto en apenas 20 años.

Después de mirar los datos queda una moraleja muy rara porque todos estos “logros” están muy, pero muy relacionados con la política del hijo el único que ha hecho que millones de mujeres se vieran prontamente libres del deber de la crianza para lanzarse a la conquista del mercado que ya no se rige por ningún lema comunista sino al grito de “Enriquecerse es glorioso”.

jueves, 1 de mayo de 2014

3 X 8



Mi abuela decía: “el cuento de nunca acabar” y yo la oía, pero no la entendía. Ni yo con cuatro años ni ninguno de los que estaban un poco más allá, siempre lejos de la cocina, ocupados en sus cosas.

Mientras la miraba desde abajo, intentaba descubrir a qué se refería con estas palabras misteriosas que también repetía mi otra abuela y luego mi madre. Creía que estaban tomando impulso para lanzarse en cualquier momento a contarme una historia fascinante, de esas con un final sorprendente, inesperado. O tal vez se tratase de un conjuro secreto que haría aparecer un dragón en el medio de la cocina.

En cambio, ponían la radio, y sin ningún truco de magia de por medio, hacían desaparecer montones y montones de platos y ollas sucias lavándolas una a una. Me daban un paño para ir secando los cubiertos de tanto que yo insistía en participar en este cuento de nunca acabar.