Hay un término chileno que una vez tuve que explicar, entre no pocas risas, a un grupo de amigos extranjeros.
¿Qué es ser un “calzonudo”?.
En España se dice “calzonazos” y no es sólo el hombre que se
deja gobernar por la pareja como dice la RAE, porque no es sólo cuestión de
hacer caso, sino también de temer. De temer a la reacción en caso de
desobediencia, de callar, de anularte y de ceder hasta límites insospechados,
tal vez no en apariencia, pero sí en lo fundamental.
Como supondrán, yo conozco a varios. Porque todas conocemos a uno.
Tengo un amigo que tienen prohibición expresa de hablar
conmigo o mantener cualquier forma de contacto. De hecho su mujer me envió un
mail para certificar que así era y que “él” estaba de acuerdo con la medida. ¡Lindo
mi amigo!, otra cosa no sé, pero tan buen marido que es.
Tengo otro amigo que me llamó por teléfono con mucha
angustia en su voz para pedirme que cuando quisiera hablar con él, mejor le
enviara mensajes de texto … porque su mujer le revisaba la lista de llamadas y
entonces era un embrollo explicarle con horas y minutos el porqué de nuestras
demasiado largas conversaciones. Con ése por lo menos ahorré en teléfono.