Por razones que no vienen a cuento tuve que ir a un centro comercial. No voy si puedo evitarlo porque me mareo y lo paso fatal.
Estaba en la parte de los restaurantes comiendo las tradicionales patatas fritas y bebiendo una cerveza con unos amigos mientras se cumplían las razones para poder irnos cuando, de pronto, unas chicas lanzaron una bicicleta por las escaleras mecánicas. No mataron a nadie, no llevaban armas, ni siquiera le dieron a una persona, pero hicieron un estruendo comparable a un desembarco marciano.
Eran tres chicas de pantalones muy, muy ajustados y grandes zapatillas Nike. Al parecer muy orgullosas de sí mismas y aunque iban con las manos vacías, sin bolsas o paquetes de alguna tienda, estaban encantadas de la vida.