Chica de Artó

Chica de Artó
Artó

jueves, 24 de abril de 2014

Escándalo



Por razones que no vienen a cuento tuve que ir a un centro comercial. No voy si puedo evitarlo porque me mareo y lo paso fatal.

Estaba en la parte de los restaurantes comiendo las tradicionales patatas fritas y bebiendo una cerveza con unos amigos mientras se cumplían las razones para poder irnos cuando, de pronto, unas chicas lanzaron una bicicleta por las escaleras mecánicas. No mataron a nadie, no llevaban armas, ni siquiera le dieron a una persona, pero hicieron un estruendo comparable a un desembarco marciano.

Eran tres chicas de pantalones muy, muy ajustados y grandes zapatillas  Nike. Al parecer muy orgullosas de sí mismas y aunque iban con las manos vacías, sin bolsas o paquetes de alguna tienda, estaban encantadas de la vida.

lunes, 14 de abril de 2014

Súper pobres




Una mañana de domingo tranquila y deliciosamente ociosa, mientras mordisqueaba una tostada, veo en la contraportada del diario una frase que me pareció tan llamativa como extraña: “Yo he sido rico y he sido pobre, y es mucho mejor ser rico”, decía. Y un tipo contaba una historia de esas típicas de yo empecé con un carrito y ahora tengo una cadena de supermercados; el cuento era olvidable, pero la frase se quedó conmigo y me ha rondado siempre. Porque parece una obviedad, pero no lo es.

La gente que tiene dinero, mucho dinero, no suele reconocer abiertamente que eso es infinitamente mejor que ser pobre. Suelen decir cosas como que todos podemos si queremos, se intentan igualar al resto de la humanidad apelando a la subjetividad de la felicidad, la salud y el amor, a que en la dedicación está la clave y todo tipo de embustes variados que incluyen estudios certificados por ellos mismos. Cuando, la realidad, es que ser pobre es una mierda.
Una mierda muy compleja.

jueves, 10 de abril de 2014

La incorregible



Se acaban de cumplir 100 años del nacimiento de Marguerite Duras. Escritora, cineasta, rebelde, curiosa, bella, deslenguada, caprichosa y tantas cosas más que la convierten en mi favorita.
París celebrará con todo tipo de eventos a la artista nacida en la Conchinchina. Parisina de carácter, de tanto escribir y vivir. Mujer excesiva en casi todo. Bebiendo, fumando, hablando, pensando. Amante múltiple, vanguardista en el deseo y libre de toda vergüenza.
Mi querida Marguerite. Tan aristócrata, luego tan pobre y tan sola, más tarde rica y adorada. Siempre inquieta y elegante. Obediente sólo a sus impulsos y a su pluma. Terriblemente lúcida, siempre.
Su vida, como su obra son fascinantes y son una sola cosa. Y ahora que repaso sus versos y algunos de sus pasos, me dan ganas de llorar un poco. Hay libros de ella que no he sido capaz de leer de un tirón porque me desbordan de emoción, de silencio, de belleza. Algunos de ellos me llevaron a lugares del pensamiento que no pensé que llegaría a pisar. Y aquí estoy, con la vida llena de momentos marcados por ella. 
Su biografía es tan “incorrecta” que aún hoy, en otro siglo, sigue siendo muy cuestionada.
¿Será que hay rebeldías de mujer que no prescribirán nunca? Con toda seguridad.

martes, 1 de abril de 2014

Rodeada


Hay días en que me siento completamente  “rodeada”, acorralada. Es un estado de agobio intenso provocado por la intromisión inesperada y excesiva de personas que, como mínimo, resultan molestas. Es como en las películas antiguas cuando el vaquero estaba rodeado por los indios. Cercado y en franca desventaja, pero con una pistola y una puntería mágica que, claro, yo no tengo.
Se puede tener a los buenos de nuestra parte (que por alguna razón siempre están callados), contar con argumentos lógicos y probados, estar arropada por el valor moral de estar diciendo la verdad, o simplemente tener la razón porque la iluminación de la experiencia se ha hecho presente. Puedes incluso decir que lo que propones es una fórmula avalada por la NASA... Finalmente, nada sirve si te encierran los neciosSe conjuran los ineptos bailando al ritmo de la más pura ignorancia y no tienes nada que hacer.