La construcción de mundos imaginarios o en paralelo a la
vida real para existir en un mundo que encaje con tu cuerpo, tus sentidos y
tus deseos.
Necesidad vital.
Levantar los pies de la tierra para elevarte. No para volar
perdida a merced de las corrientes de aire, sino para despegar y navegar
en la dirección que marcan tus anhelos.
Fundamental.
Cuando ya no se es uno, cuando ves cómo tu nombre se dice y
usa en vano durante todo el día, y tú –como individuo– ahora tienes la relevancia
esencial de la energía eléctrica… sin la cual todos desesperan porque no
funcionan los aparatos domésticos.
Cuando los roles son múltiples, todos a la vez y ninguno a
tiempo.
Cuando dejas de darte permiso para ejercer tus ideas, cuando ya no
te permites bailar al ritmo de emociones frescas, y cuando empiezas a estar
convencida de que los sentimientos deben ser secretos porque no caben ni el
salón, ni en la cocina, ni en la oficina.