¿Quién eres?
Hay tanto
descalabro por todas partes. Todos los recuerdos se han nublado, cambiado o
borrado, y ya no estás segura de cuánto imaginaste y qué fue lo que viviste.
Hasta tener más o
menos claro cómo llegué hasta aquí va a pasar aún, mucho, mucho tiempo y más
cosas.
Separarse. Separar.
Apartar partes que llevan tanto tiempo unidas que se hace imposible saber dónde
hay que cortar.
Dónde empiezas
tú, lo tuyo, y dónde lo del otro. Un otro que ahora aparece frente a ti tan de
otra manera que te hace dudar de todo lo conocido.
Ya ni siquiera habla como
solía hacerlo. Ha hecho suyas palabras que nunca antes habías escuchado en él.
Se mueve impulsado por una fuerza desconocida que lo hace hacer cosas extrañas
como llevar calzoncillos color fucsia o pretender que eres algo así como una
exnovia de la universidad a la que le podrá decir “hasta luego, muchas gracias,
fue muy bueno mientras duró”.
Él no entiende
nada, tú no entiendes lo que pasa y dos personas en ese estado tienen que
llegar a acuerdos fundamentales que deberán durar y perdurar más allá de todo
odio razonable.
El panorama no es
nada alentador y se complica por minutos.
Un hombre cada
vez más alejado del centro y una mujer sumida en la perplejidad; paralizada.
Me quedé tan
descolocada que había ratos en los que se me olvidada pestañear y el blanco del
techo era el todo.
Intentas traer al
presente momentos vividos que pudieran ayudar a ver señales de estar donde
creías que estabas. Algo que te permita reconocerte y saber dónde pisas.
Te pones a mirar
fotos embarazada, de vacaciones, cumpleaños, navidades y no, no hay manera. No
logras conectar aquello y lo de ahora. Hasta
la línea temporal se ha enredado hasta lo inimaginable.
Brota un llanto
desconsolado que también es completamente desconocido. Lágrimas pesadas, que marcan
sin consideración tu cara. Lágrimas amargas y llenas de rabia, desencanto,
tristeza e impotencia.
Hablar para
entenderse dejó de ser posible. Parece que ocurrió hace años, pero sólo ahora
cobra dimensión de catástrofe.
Buscas en la desesperación una voz, un gesto, el
grito que logre llegar al otro; conmoverlo de algún modo. Y no. No ocurre. Ya no tienes el menor efecto
en él.
¿Qué es esto? y
¿quién es ese hombre?