Llevo días dándole vueltas al asunto de perdonar. En cómo
funciona, cuándo aplica, quién lo reparte, quienes lo pedimos y por qué.
Y, a día de hoy, me parece un asunto lleno de rarezas.
A ver; vamos y le infligimos a otra persona un daño que,
siendo clásicos, suelen ser putadas como casas. Traiciones, elaboradas
mentiras, infidelidades (que lleva de todo un poco), horribles faltas de respeto,
lluvia de decepción por fallar cuando más se te necesita, etc.
Entonces, hacemos el desastre, nos pillan (porque nunca es
por auto-reconocimiento) y en vez de quedarnos calladitos, aceptar estoicamente
el revestimiento de insultos y decir “lo siento” entre lágrimas. Nos atrevemos
a pedir perdón.
A pedirle al lastimado, a ese y no a otro, que vaya y,
encima, nos alivie con su perdón. Ese mismo al que hemos jodido tiene que
absolvernos para que podamos seguir viviendo mejor y más tranquilos.
Dime rara, pero yo lo veo como que es mucho el morro.
Joder, si alguien te acaba de hacer sangrar por donde más te
duele, de qué vas ir tú a limpiarle la culpa.
¡Que se la limpie solo, coño!
Que lo escriba en un papel y lo tire al mar a ver dónde
acaba eso.
Que lo perdone el señor del quiosco, el del quinto o el del
cielo, pero a propósito de qué te voy a perdonar yo que me acabo desayunar con
tu mierda.
Por poner un ejemplo que es ya una tradición (cosas que le
han pasado a otras personas, jamás a mí), tu pareja lleva un tiempo (x)
acostándose con otra y como explicación te dice: “No significó nada, era sólo
sexo, perdóname, fue sin querer”…
Déjame pensar… ¿Cuál sería una respuesta adecuada?
“Ahhh, claro amor mío, dicho así, tiene mucha lógica, fue
sólo sexo, ven pa’quí que te cubro con un manto del más puro amor para hacerte
olvidar esos terribles encuentros de sexo salvaje”.
Mmmm… como que no lo veo.
Se me antoja más un: “¡Que te den por el santo ano!”.
Yo no veo claro que si alguien decide irse con los amigos
cuando más le necesitas, te miente, rompe principios fundamentales, hace
estallar una confianza que creías de hierro o te abandona, pueda ir tan ancho a ponerse bajo el paraguas de la buena
voluntad.
No estoy diciendo que no haya que perdonar. Las madres
perdonan hasta el fin de sus días, pero las madres. Las madres y todo aquel que
quiera y pueda pasar por alto las canalladas sufridas, que lo haga. Estupendo.
Cuando perdonamos por lo general es porque sabemos cosas que
el otro no sabe, por conveniencia, por miedo y por otros argumentos bien poco
nobles. Pero eso ya es otra historia…
Yo sólo digo que cuando hacemos algo que está mal, a todas
luces vistas, mal. Mal aquí y en la China popular –y lo digo habiendo estado en
los dos lados de la moneda, como cualquiera que tenga más de 8 años–, no deberíamos esperar la inmediata redención
por parte de la persona a la que hemos fastidiado.
Creo más bien que toca lamentarlo mucho (aunque sea por educación),
comerse las consecuencias, indemnizar con dinero (y no con flores o mierdas
varias), trabajos forzados o servicios sociales, pero me parece que esperar
otra cosa distinta a un insulto, es mucho pedir.
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