La relación entre mujeres es rara.
Nos unen tantas cosas, tantas causas, tantas razones. Hay
argumentos históricos y cotidianos para hacer piña, para aliarse sin fracturas.
Sin embargo las mujeres nos relacionamos entre nosotras de una manera extraña.
Además de la feroz competencia reinante en lo profesional,
se suma la carrera por el amor y el cuerpo perfecto que hace que todos los
vínculos entre chicas se tiñan de un color un tanto opaco.
Pienso en la relación más pura y entrañable entre mujeres,
de la que surge todo lo demás: las madres y sus hijas.
Peculiar, compleja hasta decir basta, tupida, accidentada.
Difícil. Siempre.
Imagínate entre amigas o compañeras, cuñadas, primas,
hermanas…
Es cierto que muchas veces la relación con una amiga puede
ser mucho más resistente y cariñosa que con alguien a quien te une la sangre, pero
así y todo siempre hay una zona oscura habitada por silencios infranqueables.
Hay cosas que una mujer no le dice a otra mujer.