Chica de Artó

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Artó

martes, 26 de abril de 2016

Celos


Se supone que están en nuestros rasgos genéticos más primarios y tienen como función la de preservar a tu pareja para así continuar la especie.
Pero de eso hace ya mucho. Y hay marcas que, por muy genéticas que sean, no son compatibles con la evolución (mental), por no hablar de que si les seguimos haciendo caso, corremos el riesgo de no sacarnos nunca al mono que llevamos dentro.
Las rupturas a causa del Whatssap son ya un clásico. Tenemos ahora cientos de vías de comunicación, que también son mecanismos de vigilancia, y cuando se ponen al servicio de la persecución por celos, más temprano que tarde, te ves atrapado en una maraña de inseguridades y angustias que no puedes controlar; y, de golpe, te conviertes en una espía aficionado tremendamente triste y desdibujado.
Los celos están mal entendidos y son la raíz de muchas conductas venenosas para las relaciones de pareja.
Se han perpetuado en el tiempo al amparo de que son normales e inevitables, inherentes al amor y producto de la pura pasión.