Buñuel diijo: "El sexo sin pecado es como un huevo sin sal", pero tampoco se trata de pecado, sino más bien de sal.
"Virginidad", el sólo término a mí ya me pone los pelos de punta. Me indigna la idea de confrontar el pecado con el deseo. Y más si es al comienzo de la vida sexual, cuando todo son inseguridades y miedos.
Hay una serie de televisión que está arrasando en USA, “Jane the virgin” que además de ser toda una oda a los estereotipos culturales, hace apología de la virginidad en un tono de parodia que no por divertido deja de ser muy cuestionable.
Ya he dicho que básicamente pienso que cada uno puede hacer lo que le dé la real gana con su cuerpo, pero esto de la virginidad femenina me parece francamente medieval, pesado, estúpido y cínico a más no poder. Una herramienta perversa más para controlar a las mujeres.
Se nos manipula desde niñas para asociar la sexualidad al amor entendido como “pureza”, entrega en exclusiva, fidelidad y flores blancas que debemos cuidar y no entregar hasta haber pasado por el filtro de la aprobación divina o paterna. Castidad es belleza y nos aporta un supuesto atributo único.
Hay una serie de televisión que está arrasando en USA, “Jane the virgin” que además de ser toda una oda a los estereotipos culturales, hace apología de la virginidad en un tono de parodia que no por divertido deja de ser muy cuestionable.
Ya he dicho que básicamente pienso que cada uno puede hacer lo que le dé la real gana con su cuerpo, pero esto de la virginidad femenina me parece francamente medieval, pesado, estúpido y cínico a más no poder. Una herramienta perversa más para controlar a las mujeres.
Se nos manipula desde niñas para asociar la sexualidad al amor entendido como “pureza”, entrega en exclusiva, fidelidad y flores blancas que debemos cuidar y no entregar hasta haber pasado por el filtro de la aprobación divina o paterna. Castidad es belleza y nos aporta un supuesto atributo único.