Miro y remiro las portadas de los periódicos y revistas, no
sólo las de temas del corazón incluso las estrictamente económicas, y todas han encontrado un argumento para
hablar del affaire de Hollande, ese
regio mandatario de Francia liado ahora con una actriz 17 años menor. No he podido
resistirme porque, lo digo abiertamente, me encantan todas estas historias
rocambolescas de intrigas y pasiones de personajes tan serios e importantes que
viven al margen de cuestiones tan comunes y corrientes. ¡Pero no! Resulta que
esconden una vida “privada” que es como para montar una trilogía erótica que le
daría vuelta y media a las sombras grises…
La trayectoria de este hombre de 58 años, que no se ha
casado nunca, con cara de pollo y sin la menor gracia visible es, por decirlo
menos, sorprendente. Ha ido enganchando una relación tras otra, con mujeres
espectaculares no sólo por bellas, sino por inteligentes y talentosas, sin
pausa entremedio. Y yo miro las fotos y me quedo como exigiendo una
explicación.
Encima, en un acto público y solemne, transmitido en
directo, pide respeto por su vida privada y lo único que me surge es la
exclamación que lanzan las abuelas cuando ven algún reality ¡no tienen vergüenza!
Hollande |
Que vaya una mujer (poderosa, de nosotras ni hablar) a salir
con semejante enredo ¡Hundida en el acto! La Kirchner (Argentina) anduvo de
negro y emocionada cada vez que nombraba a su marido muerto durante largo rato para
hacer público su dolor ante el pueblo que la votó. La Bachelet en Chile es una
señora de traje pantalón que por no llevar no lleva ni falda, que despertó todo
tipo de críticas por haber bailado en público un día. Incluso a la Merkel que
es intocable casi se la comen por haber ido a una reunión con un bolso
demasiado caro.
En cambio a Hollande, lo recibe el Papa, va a subir en las
encuestas y será admirado como ejemplo de macho alfa, líder envidado desde
lo más profundo de los genitales
masculinos por haber llegado a sentar a la vez, en la misma sala de actos, a
sus tres mujeres sin que se le arrugara ni la corbata. Ahora que se ha deshecho
de la primera dama, previa humillación pública para ella y algún acuerdo muy
privado que logró $erenarla , se declara soltero otra vez. Aplausos para
Hollande.
No tengo nada contra él, además creo que cada uno puede hacer
lo que quiera con su cuerpo y su tiempo. Si a los parisinos les trae sin
cuidado la vida sexual de su presidente imagínate a mí, pero me irrita el trato
de favor, me mosquea la crítica que trasluce admiración, me indigna la premura
para sofocar el asunto arguyendo que se trata de “un tema menor” y lo rápido
que los entendidos separan la vida de
la obra cuando se trata de hombres.
Neruda no era exactamente un marido ejemplar, destaca en su
animada ficha amorosa el arrebato por Alicia, la sobrina de Matilde (su esposa,
la tercera), pero eso no viene a cuento porque lo importante es su condecorada poesía;
Machado, con 34 años, se casó con Leonor, una niña de 13 años, pero nadie lo
menciona porque su legado literario es de valor incalculable. Woody Allen se lió
y luego se tuvo que casar con la hija de su esposa, pero es un cineasta de
culto y ahí están sus películas para demostrarlo.
Pero Yoko Ono pasará a la historia como la bruja mala que
hipnotizó a Lennon y separó a los Beatles, odiada para siempre por japonesa y
por “rara” y todo lo que pueda ser y hacer como artista y más cosas no interesa.
Y no tan lejano, muchos al terminar de ver la película sobre Violeta Parra
comentaron: puta, mala madre y loca.
Y de “locas” manicomios llenos. Desde la maravillosa escultora
Camille Claudel (más conocida por ser la amante de Rodin) hasta la novia de
Superman, Lois Lane que acabó debajo de un puente sin que nadie la rescatara.
Porque la línea roja que separa vida privada de obra pública
no es del mismo ancho para hombres que para mujeres. La de los hombres viene a
ser un muro fronterizo infranqueable, mientras que la de las mujeres es un hilo
que sirve más para atarlas que para separar nada. Si no eres una chica ejemplar
no estarás entre las escogidas, hagas lo que hagas, así que tal vez lo más
cuerdo sea optar por ponerse la camiseta que dice:
“Las chicas buenas
irán al cielo y las malas…mejor que se vayan a Amsterdam”
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