Se habla de una “nueva” manera de terminar una relación,
toda una estrategia llena de supuestas ventajas, moderna como la que más,
cómoda, sencilla y rápida: el ghosting
(o fantasmeo).
Consiste en desaparecer de pronto, no contestar nunca más el
teléfono ni los mensajes, bloquear al otro de todas las redes o aplicaciones y eliminarlo
como contacto y, claro, también como persona.
Lo odio.
Me parece que no es ni nueva, ni tiene ventajas y desde
luego no es nada digna.
Más allá de que es una falta de respeto, de consideración y
que es hasta de mala educación, desaparecer de la vida de alguien sin dejar
rastro, sin decir nada, esfumarse sin más, dice cosas muy feas de ti. No es propio de un ser humano que
habita el mundo.
Porque decirle a alguien que ya no le quieres o que ya no lo
deseas, o que no es “él que eres tú”, es lo mínimo que toca en la rueda de la
vida (ojito).
Porque las cosas se empiezan y se terminan, no se dejan a medias
a no ser que seas mediocre.
Poner fin a una relación es un acto de humanidad, pero no en
el sentido caritativo, me refiero a que es propio de las personas, a que son
las cosas que nos hacen ser gente y no bárbaros.
Por mucho que un final sea
cruel, duela, hiera y casi destruya a otro, es una verdad.
Difícil de encajar y lo que quieras, pero necesaria y justa.
Desaparecer dejando a alguien atormentada por la duda y
sin posibilidad de patalear es pasarse tres pueblos en egoísmo y muestra de una
muy mal entendida autosuficiencia.
Es una cobardía.
¿Adónde vas tú pensando que eres único en el universo? ¿Tan
singular te crees?
Sin otras personas eres el centro de nada. Sin que otros te
vean, te quieran o te odien no eres real. Es como una existencia
masturbatoria…. Como darse un beso a uno mismo. No creo que haya algo más
triste.
La mirada del otro te hace existir aunque te parezca que “los otros son el infierno”.
Nadie dice que haya que quedarse con una persona a la que no
quieres por buena educación. Por supuesto que todos tenemos derecho a hacer lo
que nos dé la gana, pero como todo derecho, ha de tener en cuenta también los
derechos del otro. Y todos nos merecemos un “no” dicho a la cara, un adiós.
Así podremos hacer nuestro duelo como mejor nos parezca,
pero sobre la verdad y no sobre una serie de incertidumbres, agonías o esperas interminables.
Desaparecer es una “no relación”. Es querer negar al otro y
anular lo que se vivió juntos. Y por mucho arrepentimiento que nos coja, lo hecho hecho está.
Yo me he tenido que comer sendas escenas, rosarios de
puteadas, reproches y más de un insulto. Y qué le vamos a hacer. Es parte del
cuento.
No comparto el ghosting,
no lo he practicado nunca y estoy segura de que no es más que otro intento fallido
de ponerle un nombre un cool a algo
que es un comportamiento propio de personas desgraciadas.
Después de todo, los fantasmas no son más que almas en pena.
Hola señorita, una chica me acaba de hacer ghosting y es lo más frustrante que pueda pasar. Salimos en tres ocacsiones y hasta le pregunté que si en verdad le gustaba y me decía que si muy segura y luego puff sólo se esfumó.
ResponderEliminarLo siento, qué desagradable. Sólo puedo decirte que la cobardía está tremendamente extendida y bien repartida. Las personas rara vez son capaces de decir la verdad.
EliminarEl mirarse y reconocer lo que deseamos o lo que somos no forma parte de lo habitual. Y debería!
Buen viaje a los cobardes!
No te desanimes lo mejor estará por venir.