Chica de Artó

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Artó

martes, 16 de julio de 2013

Pozo ciego


Fui a ver la película sobre Hanna Arendt y me quedé con los pensamientos arremolinados. La película no es muy buena, pero esa no es la cuestión. Me invitó a pensar en su figura y a revisar algunos de sus magníficos postulados.
Si miro los periódicos y noticiarios de hoy mismo, veo que siguen sin querer  llamar a las cosas por su nombre y la repetición termina por banalizar el mal. En honor a lo que decía la magnífica señora Arendt (ella lo achacaba a la incapacidad del malhechor para decidir sobre el daño que ejecutaba) se banaliza hasta el más espantoso de los actos.
Un “tipo” quema a sus hijos pequeños en una hoguera meticulosamente preparada y de esto de hace un espectáculo público donde lo relevante es desentrañar las “razones” que pudieron llevar al individuo a cometer este acto atroz. Esto presume que se debería poder determinar un argumento que permita entender y aceptar lo ocurrido (?). 
Se decide por unanimidad, desde la plebe y en el juzgado, que esto es un caso de violencia machista porque el objetivo era causarle daño a la esposa que había decidido separarse.
Yo, puedo estar equivocada, con toda probabilidad, pero veo que esto no tiene nada que ver con un asunto de hombres contra mujeres, tal y cómo se ha planteado.
Se trata de una atrocidad y puede que no sea más que la consecuencia de lo que engendra el machismo y que debería dejar de ser tratado (¡por Dios!) como un asunto de géneros porque NO tiene nada que ver con eso. Por esa regla de tres el asesino tendría que haber acabado con la vida sólo de la hija y dejar vivo al hijo o haber hecho mirar a la esposa mientras lo hacía o… Puag.
Habría que dejar de detenernos en el acto violento, en la acción, para poder ver el fenómeno, el tremendo pozo que es el machismo y lo que de ahí sale.
Muchos hombres son las primeras víctimas porque crecen atemorizados por un padre que maltrata a su madre, a la que ellos quieren, lo cual sólo les provoca dolor, pena y angustia hasta que se convierten en otro hombre machista y maltratador.
No creo que esté bien seguir diciendo que hay que poner de un lado a las mujeres víctimas y de otro a los hombres victimarios, no creo que esté bien plantear el problema como si de dos bandos se tratase. Es demasiado primario. Se trata justamente de acabar con las separaciones por género, se trata de buscar la igualdad, y no sé cómo se puede llegar a ella desde la división.
El mensaje que se transmite al hablar de machismo de esta manera omite el origen del mal y eso es tapar el sol con un dedo, y un error por supuesto. Es como cuando se habla del “problema de la inmigración” sin mencionar lo mal repartida que está la cosa. Es absurdo.
Un hombre que le pega a una mujer es malo, entonces ¿el que no le pega es bueno? Yo digo que habría que partir un poquito desde más arriba la conversación. O sea, desde la base.
Hombres y mujeres deben respetarse cualquiera sea su condición, nacionalidad, color de pelo, opción sexual, tendencia política, etc. ¿Me explico? Y, el machismo en particular, hay que tratarlo mucho antes del golpe,  hay que establecer su intolerancia dentro de la sociedad y a nivel interplanetario si me apuras, en todas sus formas y, desde la raíz, que es el mal entendido de poner a una persona por encima de otra, en este caso, por su género. Hay que igualar el suelo para que germinen individuos naturalmente justos.

4 comentarios:

  1. El machismo es de cuidado y las concecuencias las podemos ver en el aumento notable de casos de femicidio, El historico macho cabrio está en crisis el empoderamiento de la mujer moderna lo ha dejado lelo...

    De igualdad nos queda un rato aún, por lo menos en este extremo del hemisferio



    Lomy

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    Respuestas
    1. Hay que trabajar para eliminar el machismo, allí, aquí y donde esté. Hay que hacerlo desde dentro y ser uno, la primera y principal, activista. Desde el micromachismo hasta lo más atroz. Tolerencia cero en lo cotidiano, en lo pequeño. Desde el lenguaje pasando por el chiste y todo aquello que te quiera pasar por encima.

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  2. soñemos con un mundo más justo...




    V.C.J

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  3. Soñemos para que luego despertemos con muchas ganas de hacer lo que podamos para que así sea.

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